Fotografía tomada de www.elespectador.com
Por: Hugo Rincón González
La noticia pasó casi desapercibida. El terremoto social generado por el paro nacional opaca otras informaciones. Luego de una tremenda lucha jurídica se había revivido por la Corte Constitucional la circunscripción especial transitoria para las víctimas. Como señalaron en El Espectador del pasado 21 de mayo: “La corporación avaló las curules de paz en el Congreso de la República tras la revisión de una acción de tutela que interpuso el senador Roy Barreras”.
Esta medida surgida en el marco de la negociación del conflicto armado entre el gobierno y las Farc buscaba promocionar la representación política de las poblaciones afectadas por el conflicto y el abandono estatal. Se crearían 16 Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz para elegir 16 Representantes a la Cámara por dos periodos electorales. Se trataba de dar voz a las víctimas tradicionalmente excluidas de las dinámicas políticas, económicas, sociales, culturales y ambientales. Para muchos de los opuestos a la consolidación de la paz, era abrir un espacio para los victimarios, razón por la cual se han opuesto visceralmente.
Las curules serían para municipios de Tolima, Norte de Santander, Arauca, Cauca, Caquetá, Meta, Chocó, Bolívar, Putumayo, La Guajira, Nariño, Cesar y Antioquia. Todos los candidatos deberán ser personas que habiten regularmente estas regiones o que hayan sido desplazadas de ellas y estén en proceso de retorno. Como lo refiere el acuerdo de paz: “Los candidatos y candidatas podrán ser inscritos por grupos significativos de ciudadanos y ciudadanas u organizaciones campesinas, de víctimas (incluyendo desplazados y desplazadas), de mujeres y sectores sociales de la circunscripción que trabajen en pro de la construcción de la paz y el mejoramiento de las condiciones sociales en la región, entre otros”.
Más de cuatro años duró la batalla jurídica. Hoy se reconoce como una victoria para nueve millones de víctimas generadas por el conflicto armado. El senador Roy Barreras había presentado una acción de tutela contra la Mesa Directiva del Senado de la República con el propósito de obtener amparo de los derechos al debido proceso y la igualdad ante su negativa de crear las circunscripciones especiales. El Juzgado 16 Administrativo de Bogotá negó sus pretensiones. En agosto de 2019, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca había ratificado esta decisión y por ello llegó a la Corte Constitucional quien le dio el respaldo al documento del senador y especialmente a las víctimas del conflicto.
Esta decisión favorable a las víctimas complejizará las elecciones de 2022. El próximo año habrá entonces elecciones al congreso de la república (Senado, Cámara de Representantes y Circunscripción Especial Transitoria para Víctimas), consultas presidenciales, primera y segunda vuelta para elegir presidente de Colombia.
Las circunscripciones especiales en los territorios anotados anteriormente tendrán candidatos y candidatas elegidos por los ciudadanos de esos mismos territorios sin perjuicio de su derecho a participar en la elección de candidatos a la Cámara de Representantes en las elecciones ordinarias en sus departamentos. Conviene recordar que los partidos políticos con representación en el congreso, incluido el partido Comunes de las extintas Farc, no podrán inscribir candidatos para estas circunscripciones.
En buena hora se recuperan las curules para las víctimas del conflicto armado; con ellas deben surgir nuevas fuerzas en el escenario político capturado por los partidos generadores de la crisis social profunda que vive Colombia. Con esta representación se debe enriquecer el debate y la discusión de los grandes problemas y soluciones nacionales, se fortalecerá el pluralismo y las diferentes miradas e intereses de una sociedad que ansía procesos de inclusión.
Si algo ha demostrado nuevamente esta indignación social es la necesidad de avanzar en una verdadera apertura democrática, una que permita la participación de sectores sociales excluidos y sin voz. Las curules para las víctimas se convierten en una esperanza para retomar la senda de los acuerdos de paz en momentos de convulsión. Ojalá en 2022 haya una renovación importante en el congreso, una que lleve mejores representaciones de las mayorías excluidas y marginadas.