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Por: Jorge Iván González
En tiempos de crisis, una ensalada de amor, disciplina y unión familiar es lo que continúan consumiendo los agricultores urbanos que han participado de los proyectos que en esta línea ha implementado TOLIPAZ a lo largo de sus casi diecisiete años de trabajo en el departamento, en los cuales ha logrado beneficiar alrededor de 2.000 familias. El último proyecto fue desarrollado en el segundo semestre del 2019 en la ciudad de Ibagué con el apoyo de la Alcaldía Municipal, logrando trabajar con 650 familias de los estratos uno y dos, 3 colegios y 3 centros de adulto mayor.
La seguridad alimentaria es entendida como el acceso seguro y permanente de alimentos suficientes en cantidad y calidad en los hogares para una vida sana y activa, según la última encuesta de Seguridad Alimentaria y Nutricional – ENSIN, el 54,2% de los hogares colombianos presentan inseguridad alimentaria, registrando que 6 de cada 10 hogares liderados por mujeres y 4 de cada 10 liderados por hombres se encuentran en inseguridad alimentaria.
Para TOLIPAZ implementar proyectos en esta línea de producción alimentaria sostenible es un logro, pues nos llena de alegría aportar en la experiencia de casos como el de la señora Viviana, del barrio Villas del Prado de la comuna nueve de la ciudad de Ibagué, quien orgullosa cuida y mantiene su huerta con productos con los que complementa la alimentación diaria de sus 2 hijos y su esposo. Viviana nos cuenta que en lo que va corrido de este 2020 ha logrado cosechar cerca de 40 kilogramos de hortalizas, entre pimentón, cilantro, lechuga, cebolla larga, tómate y zanahoria, los excedentes son compartidos con sus vecinos o se realizan trueques con otras personas que cuentan con huertas caseras.
Otro beneficio que ha mostrado tener la huerta familiar se relaciona con la salud mental, especialmente en personas de la tercera edad, como nos lo hacen saber la señora Gloria Helena del barrio San Diego, que aprovecha su tiempo libre en la huerta y se siente útil para su núcleo familiar y comunitario, logrando incluso sentirse como años atrás cuando vivía en el campo en donde paso gran parte de su vida cultivando con amor y dedicación.
Debido a la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19, la humanidad ha reconocido la importancia que tiene la agricultura familiar para garantizar el suministro de alimentos en cantidad y calidad, la huerta familiar se convierte en uno de los mecanismos para contribuir a la seguridad alimentaria, conscientes de que desde la institucionalidad pública y privada debemos continuar trabajando en otros frentes, disminuyendo índices de pobreza, desigualdad y desempleo, que impiden el acceso de las personas al consumo de alimentos.
Agradecemos a todos los núcleos familiares, líderes comunitarios, profesores e instituciones que continúan sosteniendo y multiplicando los procesos de seguridad alimentaria en el departamento.