Esta iniciativa desarrolló una Escuela con temáticas relacionadas con derechos humanos, análisis de coyuntura política, recomendaciones de la Comisión de la Verdad y un módulo sobre Investigación Acción.
Fortalecer las competencias humanas de las mujeres organizadas es un imperativo. Se requieren lideresas con iniciativa que transformen positivamente no solamente su organización sino también sus territorios. Esta escuela pudo apreciar las inquietudes de muchas de ellas no solamente en la dimensión social, sino también en la política. Basta ya de actitudes y comportamientos de subordinación con respecto a posturas que quieren marginarlas y utilizarlas en el plano político.
Fueron importantes los contenidos de cada módulo. Con un enfoque de educación popular se trató de rescatar las voces y los saberes de las mujeres promoviendo un diálogo esclarecedor y aplicado de cada tema. Se espera que las participantes repliquen lo aprendido con sus organizaciones y puedan hacer un ejercicio amplio en el que se multiplique cada aprendizaje.
De este proceso formativo surgen muchas inquietudes desde las mujeres: 1) que se puedan desarrollar procesos que complementen lo trabajado, 2) la necesidad de las mujeres rurales de formarse en las tecnologías de la información, 3) lo importante de la implementación efectiva de los acuerdos de paz especialmente de los aspectos que las benefician, 4) la importancia de los procesos de fortalecimiento de las organizaciones como una condición para avanzar en la construcción de paz, y, 5) la solicitud de mayores recursos técnicos y financieros para apoyar iniciativas como esta de la Gobernación y Tolipaz.
El papel de las mujeres en los procesos sociales es cada vez más importante. La mayoría de quienes integran las organizaciones de base y comunitarias son amas de casa, trabajadoras del campo, muchas de ellas con niños pequeños que no son un obstáculo para su participación. En los espacios formativos son entusiastas, proactivas y comprometidas con su capacitación, de hecho, de estos procesos han surgido lideresas que han competido en los escenarios electorales y hoy son representantes elegidas a cargos de elección popular.
Desde el año 1954 cuando la mujer tuvo derecho al voto en Colombia, ellas han batallado por mejores condiciones para el género y por participar de dinámicas que contribuyan a su empoderamiento y proyección. Cada espacio ganado ha sido producto de la lucha por tener igualdad de condiciones con los hombres, eso quedó claro en esta escuela que acaba de finalizar en el módulo de derechos humanos.
HUGO RINCÓN GONZÁLEZ