Las noticias son contradictorias en relación con la ofensiva del gobierno nacional contra la estructura de Iván Mordisco. Se alcanzó a afirmar por un prestigioso periodista de RTVC que había sido abatido y se señaló incluso el sitio geográfico donde se había producido el hecho. Sin embargo, pocas horas después el propio Ministro de Defensa salió a desmentir esta información y aseveró que no se podía confirmar este suceso.
Por otro lado, el presidente Petro, ordenó suspender las operaciones militares y policiales contra la estructura de las Farc del Estado Mayor Central disidente, en cabeza de alias Calarcá. Los medios informaron que a través de un decreto firmado el jueves por el Ministro de Defensa, se ordenaba pausar la ofensiva contra tres estructuras disidentes de esta guerrilla que se apartaron del acuerdo firmado con el gobierno en 2016.
Aquí es evidente que el gobierno entra a una estrategia combinada de mantener su propósito de paz con los grupos que realmente tengan voluntad de avanzar en un proceso de concentración de sus fuerzas y, de combate con las facciones que siguen atacando a la población civil y produciendo hechos criminales y terroristas como el atentado con explosivos en La Plata Huila que dejó varios muertos y heridos, entre ellos niños menores de edad.
Algunos analistas señalan que ha habido un proceso de transformación y de cambio sustantivo entre un presidente Petro que creyó ingenuamente que la Paz Total avanzaría rápidamente con todos los actores armados irregulares, y el mandatario actual, que en un golpe de realidad asume una postura más contundente y de fuerza, para controlar los desmanes de esos grupos que perturban la tranquilidad ciudadana.
En semana santa en su medio predilecto de la red social X, el presidente señalaba como algunos actores armados otrora con banderas de defensa del pueblo, han preferido el camino de la crucifixión y no el de la resurrección. Arreció sus críticas al llamarlos traquetos, consumidos por la codicia del dinero que se obtiene a través del narcotráfico.
Si se logra consolidar el proceso con las disidencias de las Farc distantes del sector de Iván Mordisco, más el logro con el frente comuneros del ELN, la Paz Total tendría frutos tangibles e importantes, pues según datos de la fuerza pública saldrían de la guerra aproximadamente tres mil alzados en armas. No es poca cosa, si tenemos en cuenta la complejidad de los procesos de negociación con estos grupos.
Con grupos como el Eln la esperanza se desvanece. Según entrevista en un canal televisivo nacional de dos de sus comandantes, este grupo asevera desde ya que no se logrará un acuerdo con este gobierno, lo que es una bofetada para el presidente que creyó que era posible lograr una negociación en muy poco tiempo. Lo más parecido a la realidad, es la realidad…
Hace pocos días en Bogotá se celebró un Congreso por la paz en la que miles de asistentes le exigían al Eln y al gobierno volver a retomar la senda del diálogo y reanudar los acercamientos para el logro de la paz. En medio de la angustia por el fenómeno del desplazamiento y la presión irregular de este grupo armado, los campesinos clamaron por un acuerdo humanitario que los deje retornar a sus territorios, una aspiración legítima de quienes se ven arrastrados a la confrontación solo por vivir en zonas con cultivos de coca.
Avances y retrocesos. Pasos hacia adelante y hacia atrás. Esta es la dinámica de la Paz Total que todavía tiene muchos capítulos por escribirse, ojalá para que desemboquemos al fin en la reconciliación entre los colombianos.